ENTRENAMIENTO
De hecho, los cambios de ritmo deberían ser la base del entrenamiento de cualquier atleta que tenga la intención de mejorar, lo que casi siempre acostumbra a ser sinónimo de ir más rápido. Está claro que yendo siempre a la misma velocidad resulta muy complicado progresar, porque el cuerpo se adapta a esa situación y no hay manera de aumentar sus prestaciones.
Avances que no llegan
Lo más curioso del caso es que muchos corredores ni siquiera son conscientes de esta circunstancia. En muchos casos tampoco tiene mayor importancia, porque su objetivo no es otro que sudar un poco, quemar calorías y mantener el peso a raya, pero a veces les gustaría apreciar unos avances que manteniendo su dinámica habitual difícilmente van a producirse.
Quizá la mejor solución
Estos corredores deben saber que una de las soluciones a su alcance, quizá la mejor, son los cambios de ritmo. No es nada difícil llevarlos a cabo y garantizan grandes mejoras. Siempre que se organice el entrenamiento ejecuten correctamente, claro.
Acelerar el ritmo
En principio, los cambios de ritmo deberían ejecutarse de forma casi instintiva. Se pueden incluir sin problema en los rodajes habituales y basta con ir acelerando un poquito de vez en cuando. Para luego regresar a la velocidad anterior o para ir incrementándolo progresivamente, eso ya depende de los objetivos de cada uno.
Cambios paulatinos
Por norma general, lo más aconsejable cuando no se tiene experiencia en este tipo de entrenamiento es introducirlos de forma paulatina, sin prisas. Intercalándolos en los rodajes habituales para regresar después a la velocidad de crucero. Eso acostumbra a hacerlos más llevaderos, algo muy de agradecer cuando nuestro cuerpo todavía no se ha adaptado a ellos.
Sorprender al organismo
De todas formas, no hay que perder de vista que la principal función de los cambios de ritmo es sorprender a nuestro organismo, impedir que se adapte a una velocidad determinada y obligarlo a esforzarse, siempre con la intención de mejorar.
Mejoras notables
Por supuesto que no hay nada malo en correr siempre a la misma velocidad (incluso hay atletas populares que lo hacen a cuatro minutos por kilómetro), pero es evidente que ignorar los cambios de ritmo equivale a privarse de mejoras muy notables y relativamente fáciles de conseguir.
http://www.correr.es/las-ventajas-de-cambiar-de-ritmo/Opinión de parte del estudiante de ciencias del deporte james
Se pueden conseguir muchas más mejoras con cambios de ritmo además hay tipos de ritmo que nos podrían ayudar por ejemplo
-ritmo aleatorio
-ritmos cortos
-ritmo largos
-ritmo combinados
-ritmo piramidales
-ritmo de distancia
-ritmo de circuitos
Con estos ritmos se puede lograr que nuestro organismo se tenga que adaptar y así mismo mejorar en aspectos como resistencia y velocidad.